Chimeneas de hadas formadas en eras prehistóricas, capillas arcaicas que son rocas oscilantes, monumentos graníticos o calcáreos, sedimentos con mensajes de civilizaciones antiguas o con huellas de un pasado trepidante, rocas desparramadas que habían recibido el impacto de las lluvias enloquecidas y que ahora yacen, impasibles, en el paisaje mudo.
Se trata de un lugar maravilloso y a la vez fascinante, evocador. Los paisajes cautivan, pero también las emociones que las acompañan, los nombres de los riscos, de los desfiladeros, de los llanos y los aires amontonados.
Aquí hay mucha piedra, y mucho más que piedra: orígenes, historia, presente, emociones...